Julia P. Herzberg, Ph.D. Curadora invitada
Desde el inicio de su carrera, el artista Máximo Corvalán-Pincheira ha investigado una variedad de temas que incluyen interacciones humanas, estudios antropológicos, investigaciones científicas, estructuras de poder, historia, cuestiones territoriales, inmigración, desplazamiento, hábitats y ADN. Su obra revela un enorme dominio del oficio, la construcción y el diseño, alimentado por una impresionante imaginación visual que también se preocupa de construcciones de vigilancia (panóptica), estados de precariedad y finalidad.
A comienzos del 2019 el artista amplía sus investigaciones y hábitos consultando con frecuencia al científico Eduardo Castro, quién está estudiando el genoma de los árboles de araucaria en el UC Davis Chile Life Sciences Innovation Center Laboratorio en Santiago.
Padece presenta un nuevo conjunto de fotografías, esculturas y recortes de papel que aprovechan temas claves que el artista ha abordado durante la última década, así como el reciente cambio en sus últimos trabajos. Las obras se basan en el árbol araucaria, una especie declarada monumento nacional en Chile, en proceso de extinción. Su asociación simbólica con el paisaje nacional y su lugar definitivo en la noción colectiva de Chile sobre su ciclo de vida, están en riesgo.
Dos esculturas presentan ecosistemas en miniatura con caídas de agua. Otra hace referencia tanto a la doble hélice como al árbol de la vida. El artista fotografió cincuenta hongos en una placa de Petri bajo estudio en el UC Davis Chile. Cada cultivo posee una inusual belleza visual traída a la vida. De las catorce fotografías aquí mostradas, siete están bajo sospecha de ser agentes causantes de enfermedades y las otras siete fotografías son de hongos que viven en armonía dentro del ecosistema de las araucarias. Algunas de las fotografías llevan textos irónicos que refieren a fragmentos de su ADN; otros cuestionan las respuestas humanas o sus acciones frente al medioambiente. Un fascinante grupo de nueve obras son intrincados recortes de papel destinados a representar la expansión de los hongos en árboles infectados. Algunos están colocadas sobre imágenes de desastres ecológicos y medioambientales. Otros recortes de papel provienen de mapas de diferentes regiones del mundo, indicando así el alcance global de los problemas de la humanidad con la naturaleza.
Un resumen de icónicos trabajos anteriores da idea de la destacable visión detrás de las esculturas, dibujos, fotografías, ensambladuras, videos e instalaciones que definen la práctica del artista. Bestia Segura (2001-2016) una instalación de video que muestra ratones de laboratorio apunta a la arquitectura de la vigilancia que se impone rutinariamente sobre ciudadanos comunes en diferentes lugares y situaciones. Free Trade Ensambladura (2004-2006) muestra en primera línea el interés del artista en la antropología del comercio global, usando momias en posición fetal, construidas a mano, con signos de neón donde se lee “Welcome,” “New,” “Travel,” y “Exit.”
En Proyecto Invernadero (2013), se interconectan impermanencia, contingencia, movimiento e inestabilidad. El artista construyó cinco invernaderos flotantes llenos de plantas y vegetales medicinales, puestos a flote en Lago General Carrera en Aysén en la Patagonia y filmó su trayectoria hasta su desaparición.
Proyecto ADN (2009-2016) comenzado después que el artista fue informado por científicos forenses que los restos de su padre, quién había desaparecido treinta y seis años antes, habían sido identificados mediante ADN nuclear. The Goal, en el Pabellón Wewerka en Münster, Alemania, se configuró como una enorme hélice compuesta de huesos animales y tubos fluorescentes suspendidos sobre una piscina de agua reflectante que llena la galería de sonidos.
Corvalán-Pincheira apunta a las intersecciones de historias personales y colectivas de personas cuya paternidad ha sido alterada. Trazo Mutable (2017) confronta los complicados temas de la inmigración y de los límites territoriales. En Costa Seca (2017), el artista trazó con salitre (salpetre) líneas sobre la playa en la forma de un triángulo demarcando la frontera entre Perú y Chile. A medida que las olas movieron las líneas, se recordaba al espectador que las fronteras son impermeables.
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