2023. MUSEO DE ARTE CONTEMPORÁNEO, CHILE.

A lo largo de su carrera el artista Máximo Corvalán-Pincheira ha abordado desde una desafiante mirada visual, la violencia de Estado, la memoria, las fracturas del sistema político y la crisis climática. A partir de lo anterior, Tejado de vidrio se propone como una instalación site-specific que toma como base el vistoso tragaluz que se ubica en hall de entrada del Museo de Arte Contemporáneo MAC sede Quinta Normal. Con ello presente, el artista proyecta metros más abajo una replica de aquel tragaluz que soporta un montículo de tierra con una serie de malezas nativas. La particularidad de este nuevo tragaluz es que se encuentra trizado y a través de sus grietas filtra permanentemente agua que cae de forma irregular sobre un gran contenedor que se ubica en el piso del mismo hall.

La réplica del tragaluz trizado producto del enorme peso que soporta, por un lado nos evoca poéticamente a la inestabilidad que el mismo título de la obra sugiere: tejado de vidrio. Comúnmente, dicha frase se asocia como invalidación a un determinado juicio o acción de alguien que no se condice con su anterior pensamiento o actuar. Así, el tejado de vidrio –con su connotación negativa y sospechosa– implica que efectivamente hay algo que no es coherente con lo que se dice o hace en el presente. En este sentido, el tragaluz que instala Corvalán-Pincheira con su funcionalidad totalmente alterada, ya que cubre completamente la luz, invierte este efecto de falta de coherencia de la frase con el peso de una naturaleza nativa -maleza que siempre brota de forma espontánea- y que clama su presencia viva. La trizadura y la filtración del agua, desde su propia biografía como hijo de (un) desaparecido, ofrece en este acto una lectura que vincula la idea de fractura y bloqueo de tierra con la justicia pendiente, así como la memoria viva que proyectan las plantas. El agua que fluye a través de la tierra y las raíces se cuela sobre las comisuras accidentadas del cristal, otorgando en su constante goteo una visión crítica de la historia del país a 50 años de acontecido el golpe de Estado. A pesar de ello, el agua sigue su curso para dar vida, y su molesta inestabilidad nos rememora el dolor de lo irresuelto.

Sebastián Vidal Valenzuela

Curador